miércoles, 28 de noviembre de 2012

La Luz y la Oscuridad

Por Gundhramns Hammer
30 de octubre de 2012

     Nuestro amigo Gundhramns Hammer es uno de los mejores colaboradores que tenemos en el   blog e-rastrillo. Su escrito sobre los diferentes niveles de Consciencia en  el Homo sapiens,  me  ha parecido un buen tema de reflexión para nuestro blog de  yoga. 
    Gundhramns Hammer nos ha puesto el espejo delante de nuestras narices, vernos tan horribles asusta a nuestro miedoso niño interior. Por ello, squeréis sacar más Luz a su contenido es recomendable leerlo con la mente lo más acallada posible y si se puede en total Silencio, mucho mejor. Solo con la mente  aquietada es posible atisbar la chispa luminosa que anida en nuestro  interior.






Si resumimos a un día de 24 horas la historia de la vida sobre la Tierra, el hombre (Homo sapiens) aparece justo en los últimos 10 segundos antes de que se acabe el día. Es una de las especies más recientes y posiblemente una de las que desaparezca más rápido de la faz de la Tierra.

Durante esos 10 segundos, 99.99% ha vivido en plena naturaleza y 0.01% zampado en ciudades. Del 0.01% de su tiempo, el 99.99% ha estado peleando y matando a sus hermanos, vecinos y otras especies que le rodean y/o ocupado construyendo grandiosos edificios irrelevantes (catedrales, palacios, castillos, mansiones, etc.) destinados a sus dioses o para impresionar a sus vecinos o enemigos.


Los humanos que viven en las ciudades en la actualidad se creen civilizados, pero la verdad es que esta especie, dentro o fuera de los muros de sus cuevas de cemento o en la jungla verde, sigue tan salvaje, cruel y caníbal como lo ha sido desde el principio.

El hombre actual se engaña a sí mismo, repitiéndose a cada rato “hemos avanzado”. Materialmente sí es cierto pero en el interior de su cabeza sigue teniendo los mismos problemas que tuvo hace miles de años: miedo, temor, ansiedad, ambición, codicia, avaricia, envidia, cobardía, soberbia, gula, orgullo, celos, competencia, acedia, lujuria, ira, etc.


Los últimos estudios sobre la neurobiología de los primates señalan que la envidia, la codicia, por ejemplo, están “hardwired” (codificados en el ADN) en el árbol de estos mamíferos.

La envidia, empujada, ampliada y magnificada por la publicidad, es lo que le da vida a la economía del consumismo. Y la codicia alimenta al capitalismo.

En fin, con o sin su mecanizada civilización, el Homo sapiens sigue siendo insapiens y más primitivo que una Amoeba. La Amoeba distingue muy bien hacia donde se dirige, en cambio el hombre está perdido en el laberinto de su mente.

La mente, la misma cualidad que le sacó de las savanas, también le llevará a su propia tumba.

El hombre aún vive en la oscuridad.


El camino de la Luz es largo, tortuoso y lleno de espinas, según dicen Las Sagradas Escrituras. El camino de la oscuridad es bonito, atractivo y recto.

Hay senderos y Senderos

A pesar de su cúmulo cultural, el hombre (Homo sapiens) sigue siendo una bestia primitiva. Su mente es un caballo desenfrenado que galopa a toda prisa. El interior de los rincones de su cabeza da vueltas y vueltas hasta llegar a marearse. En su mareo arma y desarma pensamientos, chisporroteos de sus neuronas.

Podemos resumir el chisporroteo neuronal de los humanos (Homo sapiens) en cuatro estados. Es decir el ir y devenir del interior de su cerebro, su crecimiento “espiritual”, puede plasmarse en cinco etapas:

  1. Dormido
  2. Sonámbulo
  3. Despierto
  4. Iluminado
  5. Sublimado



Dormido – Los humanos viven en la oscuridad y están metidos en camas de patas articuladas, movibles, capaces de desplazarse de un punto a otro. En este grupo abundan los matones, los criminales, los asesinos, los psicópatas, los tiranos, los políticos egoístas, los banqueros sinvergüenzas, etc.

Las personas dormidas son totalmente egocéntricas, irascibles, taimados, soberbios, asolapados, codiciosos, avaros y se creen el centro del universo.



Sonámbulo – Los humanos se han levantado de las camas pero siguen dormidos. Caminan sobre sus patas o pies, si así lo prefieres, y existen como unos autómatas. Entre los sonámbulos los hay de todos los tipos imaginables. Hablan, discurren, discuten, postulan, crean, escriben, investigan, etc. y parecen que tienen Consciencia. Pero es sólo una ilusión, un bioprograma intelectual robotizado. Una auténtica ilusión en un mar de auténticas ilusiones. Están dormidos y padecen de sonambulismo.

Al grupo de los dormidos y sonámbulos pertenece la gran mayoría de humanos (99.99%), desde el hombre sencillo en la jungla o la pradera hasta el más sofisticado letrado, cualquier personaje estudiado desde los pícaros políticos hasta los científicos que inventan bombas y armas mortíferas, inventos intelectuales sin ninguna conexión con el Todo, y los poetas, músicos y escritores que devanan y masturban los sesos de la humanidad con sus tramas literarias.

Uno de los principales síntomas del sonambulismo es su marcado antropocentrismo y egocentrismo. Aunque los sonámbulos a veces pueden dar la impresión de que se han salido de este circulo, es solo una ilusión. Siguen dormidos con el acusado automatismo del sonambulismo.



Despierto – Un puñado de humanos que ha podido atisbar o ha visto la Luz al final del Túnel Oscuro de la realidad o las numerosas realidades y emprenden el Camino hacia Ella.

Pueden ir ciegos o con los ojos abiertos y ver o no ver la Luz, pero saben que Ella está allí en alguna parte. Han cogido Su Dirección y caminan a paso lento con trompicones hacia Ella.

No les interesa nada más que la Luz y sólo la Luz. El centro de su existencia ya no es el hombre. Es un principio. Ya es algo.





Iluminado – Algunos humanos han salido del Túnel Oscuro y caminan sobre el Sendero de la Luz. Muy pocos humanos se han iluminado. La vida nos obsequia uno cada 2.000 años. Hay quien dice que cada 600 años. Demasiado pocos y cuando llegan no nos enteramos.

Los iluminados acaban perseguidos, asesinados, envenenados, crucificados, o quemados. Siglos más tarde, a menudo son convertidos en objetos de culto a nivel de reino, imperio o estado en la evolución de los sistemas sociales del hombre, por algunos listillos que los utilizan para vivir del cuento y mantener controlada a las masas de gente dormida y sonámbula.

A esto el hombre le llama religión. Sin darse cuenta que la vida es una religión en sí.

Cabe mencionar que la ciencia no es iluminación. Es un tipo de religión donde el hombre se imagina que ha tomado las riendas de la ilusión. Y la ilusión lo enloquece y envilece y machaca a todo lo que le pone sus manos encima.

La ciencia es un juguete en manos de hombres (machos y hembras) soberbios, dormidos, sonámbulos y enloquecidos.



Sublimado – Un humano sublimado o ascendido ya no tiene necesidad de un cuerpo físico. Punto difícil, más bien diríamos imposible, de alcanzar y si ocurriese la persona, hombre o mujer, viviría en la Luz y para la Luz, estaría más Allá que Aquí en esta realidad de todas las realidades que pueden haber.

Nuestros ojos no los captarían, sería invisibles. Leyendas hay muchas pero la historia del hombre no registra ningún sublimado.

Un humano ascendido es un ser hiperespacial, compuesto de Luz, el primer estado de la materia. O ¿es el quinto? También puede ser que no haya ninguno.

No importa, nada importa pero todo importa sin que importe lo que importa a quien no le importe pero si le importa cuando le importa para que no le importe. ¿Donde estás tú?

No eres lo que piensas que eres pero lo que piensas eso eres.


La fosa sonrie

Dicen que nada existe, que es sólo una ilusión. Que lo que llamamos realidad es un sueño, o una pesadilla, de un demiurgo. Bien podría ser el juego de djinni (genios), seres interdimensionales, de acuerdo a algunos físicos experimentales.

También hay quien dice que esta vida es una copia mala de una creada por una Providencia Divina que se divierte jugando.

Sea como sea la vida puede ser una gloria o un infierno.

Una gloria si todo te sale como tú lo deseas.

Un infierno si todo te sale lo contrario de lo que tú deseas, te sale todo patas arriba.

Un infierno de llamas dormidas o vivas, todo depende de cómo las recibas.

La vida podría ser considerada como una lección interminable para el cerebro del hombre que sólo se ocupa de su ombligo y de sus órganos sexuales.

Una bestia bípeda primatoide obstinada y obsesionada sólo en darle lustre a su pene y vagina. Eso son los humanos. ¡Qué lástima!

Entre la Luz y la oscuridad, la fosa que espera a todos sonríe...



Referencias

Baines J. (2002). The Stellar Man. Hermetic Philosophy. Book Two. 2nd Edition. John Baines Institute, Inc., New York, NY, USA. 310 p.

Mello A de (1982). El Canto del Pájaro. Editorial Sal Terrae, Santander, España. 215 p.