viernes, 8 de junio de 2012

Una Médico relata su experiencia con el yoga

Natalia García Lafuente
Natalia García Lafuente (30/11/1971) ejerce de Médico en el hospital de Jaca. Ella tiene fama de ser una eficiente Anestesista. Su mayor aspiración es servir de medio para evitar el sufrimiento físico en cualquier ser humano. Y como una auténtica guerrera contra el dolor, ella está dispuesta a acudir donde se la necesite, a cualquier hora del día y la noche.

Sus pacientes se sienten protegidos por su aura cariñosa y con solo oír su voz melodiosa calman sus dolores. Natalia es una mujer dulce, servicial, de mirada soñadora.

¿Cuánto tiempo llevas practicando yoga?
Hace más de dos años y medio, desde que conocí a Milagros S. Trullén en el Polideportivo del ayuntamiento de Jaca.

¿Cuál era tu estado general al comenzar la practica?
Mi salud era buena, pero me molestaban bastante las frecuentes y fuertes contracturas en la zona cervical. El dolor me impedía realizar ciertas asanas (postura del pez, por ejemplo) en las que interviene la flexión de cuello.

¿Has sentido mejorías en algún aspecto?
Pues sí, las contracturas del cuello ya no me molestan y puedo disfrutar de más posturas que cuando empecé. También siento mayor movilidad articular, mayor capacidad de calma emocional y mayor quietud mental. El trabajo y las relaciones los llevo mejor gracias a la mejoría física y emocional.

¿Qué practicas disfrutas más durante las sesiones de yoga?
La relajación dirigida y las asanas, en especial las de torsión de columna.

¿Recomendarías el el yoga a tus pacientes? Si, a todos.
Natalia se relaja en una postura de inversión: Viparitakaraniasana

Natalia llegó a las clases de yoga con el “busca” en la mano y todo el peso de sus responsabilidades laborales sobre los hombros, parecía que cargaba un pesado saco. Su apariencia era tranquila, pero siempre estaba alerta, dispuestos todos sus músculos para salir corriendo en cualquier momento que se la llamara. Al no dejar nunca de lado ese saco imaginario, su delicado cuello sufría las consecuencias.

Ahora, gracias al yoga, se ha puesto en contacto con su cuerpo, ha tomado conciencia de su tensión y de sus posturas erróneas, con lo cual puede relajarse más y evitar las constantes contracciones que sufría a nivel de las cervicales. Natalia, con su dulce sonrisa, siempre me comenta que durante la jornada laboral le sirve de recordatorio mi repetida frase durante la practica de asanas: “alejar los hombros de las orejas”.

Natalia es un nuevo milagro del yoga.

Natalia realiza la postura del pez o Matsyasana.





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Clases de Yoga terapéutico, particulares y en grupo: milagros.yoga@ymail.com






1 comentario:

  1. Hola Natalia, k gusto k la yoga te sirva, saludos desde Mexico
    familia Lafuente Dorantes xoxo

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