viernes, 23 de marzo de 2012

Yoga, terapia para combatir el miedo y el cáncer

María Luisa Lopez M.
María Luisa Lopez Munguira, una cariñosa profesora de latín que se acaba de retirar, nos cuenta su experiencia con el yoga:

- ¿Cuánto tiempo y por qué empezaste a practicar Yoga?.
- Comencé en octubre de 2011, hace cinco meses. Llevaba algún tiempo mal. En primavera comencé a ponerme peor, la angustia se apodero de mí. En verano, una de mis hermanas comentó que me veía muy triste y añadió que debería ir a yoga. Yo llevaba tiempo pensando en hacerlo, pero nunca veía el momento.

- ¿Cual era tu estado físico y mental antes de comenzar a experimentar la disciplina Yoga?
- Estaba bastante mal a todos los niveles. Hace siete años padecí un cáncer de mama, después de la operación sufrí la quimioterapia. Esta experiencia me dejó muy “tocada” y con un miedo tremendo. 


A los dos años, sin haberme recuperado de la operación, me tuvieron que intervenir dos veces por otras dolencias. Cuando ya me encontraba mejor comencé a hacer esquí nórdico y al mes a consecuencia de una caída me rompí un hombro. 


Me jubile anticipadamente y a los tres meses tuve una rotura fibrilar en la pierna, al resbalar en casa. Todo esto me afectó no solo en el aspecto físico si no también en el mental. Comencé a "meterme otra vez en el túnel", pero ya no veía la salida. 


En este estado comencé mis practicas de YOGA. Los primeros días de clases sentía mi cuerpo rígido y pesado. Estaba totalmente bloqueada, tanto física como psiquicamente. Pensé que no podría pasar a otro estado mejor, pero poco a poco, y gracias a la paciencia y sabiduría de mi profesora Milagros, me fui soltando.

María Luisa, en primer plano, realizando la postura del árbol

- ¿Qué beneficios sientes que te ha aportado la asistencia continuada a las clases de yoga?
- He notado una mejoría enorme, aún no me puedo creer lo bien que estoy. Me siento como hacía mucho tiempo no me sentía, ahora soy feliz. 


He sido totalmente transformada por el yoga. Mi cuerpo es más ágil y flexible, me duele mucho menos. Vivo cada momento, no tengo casi miedo y tengo unas ganas enormes de vivir. Siento gran alegría y sobre todo tranquilidad. 


Tengo que dar las gracias a Milagros, por la paciencia que ha tenido conmigo, ella es una profesora extraordinaria.

María Luisa es alegre por naturaleza, aunque no se haya dado cuenta hasta ahora. Además es enormemente agradecida. Su forma de ser, su aptitud ante la vida y su constancia en las practicas de yoga son las que le han ayudado a lograr el milagro de su actual bienestar.

Los profesores solamente somos un medio, una guía en el camino. El esfuerzo y el merito es del alumno practicante. María Luisa fue una cariñosa profesora de latín, querida por sus alumnos y ahora es una muy buena alumna en Yoga.

Desde aquí, seguimos animando a todos para elegir el entusiasmo como principal aptitud ante la vida. Cada uno de nosotros tenemos el Poder y la Fuerza para elegir “Ser Felices”.

María Luisa realiza supta vajrasana junto a sus compañeros en el local de Sananda, Jaca






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Clases de Yoga terapéutico, particulares y en grupo: milagros.yoga@ymail.com



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